Te propongo un pequeño juego: imaginá que hacés las galletitas más geniales del mundo. Tienen la textura perfecta, un sabor increíble, formas divertidas, ingredientes saludables y son tan deliciosas que comerías un montón de una sola vez. Al menos, eso es lo que dicen las personas que las probaron.
Ahora imaginá que dicidiste empezar vender las galletitas (porque, quién no querría comprar galletitas) en una feria local en la que otras personas venden alimentos. Estás segura de que las galletitas van a ser un éxito y estás super entusiasmada. Por lo tanto, vas a la feria con tus bolsas de galletitas divinas, lista para empezar a vender. Pero, al final del día solamente vendiste alrededor del 10% de las bolsas de galletitas que tenías. Era como si a la gente no le importaran tus galletitas y te sentiste como si fueras invisible.
Resulta que la feria estaba llena de gente que vendía verduras, hierbas y especias. La pastelería no era un gran éxito ya que la mayoría de la gente que visitaba la feria prefería otro tipo de alimentos.
En resumen: tu Cliente Ideal no estaba en esa feria. «Esperá, quién?» te preguntarás. Tu cliente Ideal, la persona que más dispuesta está a comprar lo que vendés. ¿Te acordás de cuando hablamos sobre cómo definir un nicho? Repasemos: un nicho es un producto o servicio que se ofrece a un grupo específico de personas (su mercado objetivo). Tu cliente Ideal es alguien con quien querés trabajar basándote en sus valores y características.
En el caso de tus galletitas, tendrías que haber averiguado a quién le gustaría comprar galletitas ricas, de formas divertidas, saludables y de distintos sabores. ¿Mamás de niños quizás? De ser así, ¿dónde acostumbran a comprar galletitas o dónde es probable que quieran hacerlo.
Entonces, ¿cómo llegas a conocer a esta persona? Fácil amiga mía, la creás vos. Esperá, no te asustes, no es que te vas a volver Víctor Frankenstein y vas a crear a una criatura inestable. Solo vas a hacer algunas preguntas y a buscar sus respuestas.
Estas preguntas incluyen nombre, género, edad, ubicación, estado civil, etc. Cuanto más específica seas mejor vas a poder definir a esta persona. Cuando termines vas a tener la historia del cliente y esta historia es lo que te va a ayudar a entender mejor a tu cliente y a ponerte en su lugar. Si podés “convertirte” en tu cliente vas a saber exactamente cómo hablar con él/ella y tus acciones de marketing van a ser más fáciles:
vas a crear material de Redes Sociales para él/ella.
vas a anunciar tus productos o servicios en los medios de comunicación que él/ella consume.
la redacción de tu sitio web estará dirigida a él/ella.
vas a poder atraer a más gente como tu Cliente Ideal.
Al final, vas a poder lograr tus objetivos comerciales ya que te vas a conectar con gente que realmente quiere trabajar con vos.
Si no sabés cómo empezar, descargá la guía que te ayudará en el proceso.
Si ya definiste tu Cliente Ideal, contame todo sobre ellos en los comentarios.
