Como habrás adivinado, este post no es sobre diseño, paletas de color o fuentes.
COVID-19 lleva ya un tiempo a nuestro alrededor y es como si el mundo entero estuviera en pausa.
Supongo que en este momento estás lidiando con las preocupaciones (o miedos) que puede causar una pandemia, el aislamiento social, la oficina en casa, la escuela en casa y un montón de cosas más. Y además recibimos muchísimos estímulos que nos dicen lo que debemos hacer para atravesar mejor la cuarentena: ejercicios, meditación, cursos en línea, ordenar el placard y no sé cuántas opciones más. Ojo, banco totalmente todas esas actividades (bueno… en realidad no soy muuuuy fan de ordenar sólo por diversión, pero vos me entendés). La cosa es que cada uno de nosotros es diferente y las cosas nos afectan de diferentes maneras. Conozco gente que está usando este tiempo para redecorar sus casas, otros que no hacen nada más que trabajar y algunos otros que están viviendo en una especie de «domingo permanente».
Si te estás preguntando qué deberías hacer, me temo que no soy yo quien tiene la respuesta. Lo que creo es que no tenés que hacer todo lo que normalmente no podés hacer sólo porque ahora tenés más tiempo. Estaría bueno descubrir qué es lo que te funciona a vos. En mi caso, a medida que los días pasaban y que el desconcierto inicial se calmaba, me dí cuenta de que necesitaba una nueva rutina, una especie de nueva normalidad. Así que estructuré mi día de manera similar a mi habitual «vida pre-coronavirus» pero con algunos cambios y eso me ayudó a estar más concentrada. Y durante mi tiempo libre hago lo que tenga ganas de hacer en ese día concreto, por ejemplo, ver una película, leer o dibujar.
No me olvidé de que sos una emprendedora, que tenés un negocio y que querés que prospere. Entonces, ¿qué deberías hacer en una situación como esta? ¿Deberías seguir vendiendo como si nada hubiera pasado? ¿Debés detener tus promociones porque no querés que tus clientes piensen que no tenés empatía? Una vez más, estuve viendo diferentes enfoques. Emprendedores que no pueden vender nada y otros que descubrieron nuevos nichos de mercado. Algunos expertos diciendo que deberíamos dejar de promocionar nuestros productos o servicios y otros afirmando que deberíamos aprovechar la oportunidad.
No puedo darte ningún consejo sobre si tenés que promover tu negocio o no. Lo que creo es que tal vez necesites tomarte el tiempo para pensar en el propósito de tu negocio y en lo que tus clientes necesitan en este momento en particular. Tal vez no estás promoviendo tu producto o servicio porque pensás que lo que vendés no es algo súper necesario. Pero puede ser que tus clientes sigan comprándolo, no porque lo necesiten sino porque los hace felices. O, por el contrario, tal vez tus clientes están cambiando la forma en la que gastan o invierten su dinero, por lo que tendrías que buscar una nueva forma de acompañarlos.
Sea lo que sea que elijas, mantenete fiel a la promesa y a los valores de tu marca. Hacé lo mejor que puedas para crear una experiencia del cliente excelente. Si tus clientes sienten que te preocupás por ellos, cuando toda esta locura termine, lo más probables es que se mantengan fieles y sigan eligiendo tu marca.
Cuidate.