Los beneficios de trabajar con mood boards.

¿Estás en el proceso de crear tu marca? ¿Ya lo hiciste? En cualquiera de los casos, es posible que te hayas dado cuenta de que todo el proceso lleva tiempo. Y cuando estás en la fase inicial, es fácil empezar a dudar acerca de qué camino es el mejor a seguir. Es por eso que, cuando trabajo con clientes, suelo empezar creando un mood board. 

¿Qué es un mood board? Básicamente, un mood board es una colección de diferentes recursos visuales y creativos como fotos, fuentes, colores y texturas que pueden ayudarte a crear el espíritu que querés que tu marca evoque. Este espíritu va a ser el resultado del concepto de marca que ya definiste previamente y que normalmente surge de tus propios valores y sentimientos. 

Ahora bien, a lo mejor estás pensando que si ya sabés lo que querés, el hecho de crear un mood board es una pérdida de tiempo. En mi opinión, un mood board es una herramienta muy útil y aquí están algunas de las razones:

Claridad:

Te ayuda a encontrar ideas y probar combinaciones que funcionan y a descartar las que no funcionan hasta que encuentres la que refleja el concepto que querés transmitir.

Comunicación: 

A veces no encontramos las palabras correctas para lo que estamos tratando de expresar, por lo que el uso de recursos visuales puede hacer este proceso más fácil y nos ayuda a asegurarnos que todos estén en la misma sintonía y entienden lo mismo.

Optimización del tiempo:

Una vez finalizado el proceso de creación de la marca, es posible que tengas que crear algún material colateral. En ese caso siempre podés usar tu mood board como referencia para distraerte con otras posibilidades que no reflejan lo que quieres expresar.

Así que, si te convencí y querés crear un mood board para tu marca o para cualquier nuevo proyecto en el que te estés embarcando, esto es lo que tendrías que hacer:

Establecé el concepto: determiná qué es lo que deseás que este mood board exprese.

Elegí una plataforma: podés hacerlo de manera clásica y usar revistas, diarios y pegamento o podés usar cualquier plataforma digital que te guste (Pinterest, Canva, etc.)

Recolectá: investigá y obtené todos los recursos visuales que resuenen con el concepto que ya elegiste.

Seleccioná: ahora que tenés una buena cantidad de recursos, guardá los que realmente muestran lo que querés representar y eliminá los que no transmiten totalmente tu concepto.

Organizá los elementos: ahora que te dejaste de lado, lo que ya no funciona, organizá visualmente los elementos restantes en el tablero hasta que estés satisfecha con los resultados.

¡Eso es todo amiga mía! Creá tu moodboard y, si tenés alguna duda, mandame un mensaje y podemos trabajar juntas.

 

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